La montaña viene a ti

El entrenamiento en altura ha sido utilizado por numerosos deportistas durante mucho tiempo porque la baja difusión de oxígeno, la disminución de la humedad y el aumento de la radiación solar producen en el organismo una serie de adaptaciones muy superiores a las que se obtienen con el entrenamiento a nivel del mar.

Mejoras del sistema cardiovascular

La técnica de entrenamiento de hipoxia intermitente simula el entrenamiento de altura en cuanto a la falta de oxígeno. Incrementa la serie roja de la sangre, la hemoglobina y las catecolaminas, mejorando el transporte de sangre al músculo.

La adaptación del corazón a la hipoxia mejora la tensión arterial y el gasto cardiaco disminuye como consecuencia de dicha adaptación. Disminuye también la saturación de oxígeno en sangre y el volumen plasmático.

Mejoras del sistema respiratorio

El tratamiento con aire hipóxico aumenta la capacidad de difusión del oxígeno y disminuye el tiempo de apnea, así se incrementa la ventilación pulmonar y la capacidad aeróbica.

Aumenta el VO2 máximo, mejorando el metabolismo basal.

Mejoras del sistema metabólico

Aumenta el número de capilares (densidad capilar), mejorando la irrigación periférica muscular.

Incrementa el número de mitocondrias y las enzimas antioxidantes neutralizadoras de radicales libres. Lo que mejora el sistema inmunológico.

Mejoras del sistema endocrino

Estimula la hormona eritropoyetina (EPO endógena, no ilegal) y mejora el rendimiento en la competición.