La nutrición es un proceso involuntario para obtener los nutrientes que nos permiten vivir pero la alimentación es consciente, voluntaria y educable, y por lo tanto cada persona es susceptible de adquirir sus propios hábitos. «La salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago«. Los españoles ya somos los más gordos de Europa y la obesidad va camino de convertirse en una pandemia, por esta razón estar sano es cada vez más complicado sobre todo si tenemos en cuenta el dicho de Don Miguel de Cervantes. No podemos esperar cambios ni mejorías si continuamos con nuestros viejos hábitos.

Puntos clave de una buena alimentación

Para llevar a cabo una buena alimentación no es necesario conocer todos los detalles del ciclo metabólico de Krebs, si bien es necesario tener unos conocimientos básicos de nutrición. Lo mejor es comer todos los días alimentos de todos los grupos alimenticios porque no hay ningún alimento completo y tampoco se debe prohibir ninguno, sin embargo es necesario establecer restricciones. No debemos abusar de la sal (según el Ministerio de Sanidad el 85% de los españoles abusa de la sal). Consumimos 9,7 gramos por persona al día, frente a los 5 gramos recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Los fritos son un problema también, mucho mejor con aceite de oliva, más sano que la soja o el girasol. Debemos cambiar nuestras rutinas alimentarias, vigilando el tamaño de las raciones. Los atracones y las comidas copiosas son difíciles de metabolizar y comiendo despacio comiendo despacio (masticando un mínimo de 15 veces) cada 3 o 4 horas se mantiene estables los niveles de glucosa.

El reparto calórico debería realizarse en 5 ingestas

  • Desayuno: 35% de las calorías diarias
  • Almuerzo: 10% de las calorías diarias
  • Comida: 20% de las calorías diarias
  • Merienda: 15% de las calorías diarias
  • Cena: 20% de las calorías diarias
Empezando siempre desayunando fuerte y acabando con una cena frugal, sigue el dicho: «desayuna como un rey y cena como un mendigo«. No hay que obsesionarse con el recuento de calorías ni con la báscula porque no es un instrumento fiable para medir la salud de una persona, sobre todo si se realizan actividades físicas intensas, porque el músculo que se va tonificando se hace más magro, ocupa menos pero pesa más que la grasa y el líquido que se pierde. Además, nuestro cuerpo no pierde peso de forma lineal, sino que da pequeños saltos cuantitativos y cualitativos. Para una buena alimentación es clave el control de los sustratos alimenticios.

Proporción media de nutrientes y principios inmediatos

  • Hidratos de carbono: 50% de las calorías diarias
  • Lípidos: 30% de las calorías diarias
  • Proteínas: 20% de las calorías diarias
Una composición muy parecida a la de la leche materna.